Gran amor en primavera
días bellos de fragancias,
días bellos de fragancias,
de jardines con rosales
Mi amor te entregué
en la dulce primavera,
en sus noches de luna
entre tus brazos me embelesé.
Primavera de amor
flores, aromas y colores,
en mi jardín de pasión
me diste grandes amores.
Mis labios de amapola
los endulzaste con tus besos,
las caricias de tus manos
envolvieron mi cuerpo.
Mi piel como seda fina
con tus besos la cubriste,
en hermosa primavera
emociones y sentires.
Primavera amorosa
me has hecho ser feliz,
mi enamorado galante
me entregó su amor radiante.
Y así llegó la primavera
envuelta en ilusiones,
amor, ternura y anhelos
con aromas y colores.
Rosario Ayllón
Poetisa del Amor
Derechos reservados
Eres hermosa y refrescas el aire
lluvia bendita que caes del cielo,
entre nubes grises te derramas
para la vida eres gran consuelo.
Eres manantial de suspiros cristalinos
cascada que bajas por piedra virgen,
te transformas en grandes ríos
y siempre buscando el mar, tu destino.
Riegas con tu lluvia los campos y jardines
haces que los árboles crezcan verdes y bellos,
tu mojada para las florecillas silvestres
tú eres vida que nos regala Dios desde el universo.
Recuerdo con amor aquella tarde hermosa
iba paseando de la mano de mi amor,
un vientecillo fresco y una lluvia fina
entre risas y besos a los dos nos inundo.
Empapaste nuestros cuerpos ilusionados
de húmeda caricia y bajo la lluvia él me besó,
que bello regalo me hiciste aquella tarde
la lluvia y entre besos al cielo me elevó.
Lluvia eres divina y un gran tesoro
un manantial de brisa que nos regala Dios,
calmas nuestra sed y limpias nuestros cuerpos
sentirte sobre la piel, qué bella sensación.
Rosario Ayllón
Me acostumbraste a tus besos,
a sentirme muy amada,
después marchaste de mi lado
quedé triste y solitaria.
Me acostumbraste a tus brazos
amorosos y protectores,
cuando rodeabas mi cuerpo
me elevabas al cielo,
mi vida era de colores.
Me acostumbraste a tu cuerpo
paraíso de mis sueños,
donde yo era manantial de brisa
en los ríos de tu sendero.
Me acostumbraste al amor
y cada noche me amabas
con tu ternura y pasión,
a ser tu amada y tu reina,
mi felicidad soñada.
Me acostumbraste a quererte
amarte sin condiciones,
a entregarte mi ser,
mi amor y mis ilusiones.
Acostúmbrame a tu ausencia
porque sin ti desespero
en mi soledad, y esperando,
que regreses a mi vida
y me vuelvas a decir, ¡te amo!
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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